Imaginad un viaje fluvial.
El barquero, de la naciente estuario,
sigue el flujo de las aguas. ¿Ese viaje
comienza? ¿Termina? El barquero
encuentra que así es y así ve: y en
verdad hay una faz del viaje donde
el comienzo
y el fin existen,
donde existe una lectura o ejecución
del viaje . Hay una faz del viaje donde
pasado y futuro son reales; y otra, no
menos real y más huidiza, donde el
viaje, el barco, el barquero, el río
y la extensión del río se confunden.
Los remos de la barca hienden
de una vez
toda la longitud del río;
y el viajero, para siempre y desde
siempre, inicia, realiza y concluye
el viaje, de tal modo que la partida
en la cabecera del río no antecede
a la llegada a su desembocadura.
OSMAN LINS, Avalovara.
(citado por Cortázar, en su libro: "Los autonautas
de la cosmopista")
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