10.27.2012

hicimos agua

Vos que te ahogabas en vasos de agua,
y yo, que nadaba contra la corriente.

(aunque vos me decías
aunque vos me pedías:
no  lo hagas)

Pero seguí,
 y casi cruzamos el océano,
¿Te acordás?

Lástima que ya estábamos cansados y la falta de aire
y el cansancio
no nos permitía disfrutar del paisaje.



Me costó, no lo voy a negar,

pero con el tiempo 
-y la distancia-
aprendí, a de a ratitos, salir a respirar;
porque yendo despacio también se llega.

A dejarme arrastrar por la corriente
y a reirme si una ola me despeina.




Ojalá que en este tiempo vos también hayas aprendido
que amar, a veces,  
puede ser  más fácil.

10.25.2012

felicidad celeste

Según Celeste,

ser feliz es:


la risa. 
También si puedo "jugar" (dícese jugar, bailar, cantar, y todas sus variedades). 
 poder disfrutar del sol. 
Disfrutar de una "obra de arte" (en todas sus variedades y formas, no?). 



       Detenerse y no correr.


Según León Tolstoi,
 
“Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo”


Según mi
hablan de lo mismo. 
 

10.23.2012

conflictos tesistenciales

se nos fueron las primeras nocturnas horas del día hablando de inquietudes, de no saber bien qué queremos hacer. con las lloviznitas matutinas del martes pensé en eso que dijimos: identificarse con lo que uno hace. a la tarde hubo sol y con aires de libertad noté que sentirnos felices con nuestro trabajo es hermoso y creo haber afirmado que la pregunta certera es ¿qué quiero hacer? más tarde dijimos, convincentes, que trabajar es horrible. nos reímos. creo que no estamos muy decididos, tal vez nunca lo estemos y eso está muy bien.


objetividad nula


“No puedo esperar que mi propio arte me dé todas las respuestas, pero tengo la esperanza que siga haciéndome las preguntas justas.”

Dijo la pintora, Grace Hartigan. Y yo creo que Nicolás anda ese camino. Lejos de elegir el camino de las respuestas, va siempre en la búsqueda de nuevas preguntas.

Y esta vez, casi sin querer,  se encuentra con la vedette de las cuestiones existenciales. La pregunta de la identidad; interrogante que no cesa de repetirse, convocándonos a todos, formando parte del inconciente colectivo.  Algunos, los valientes, intentan  responderla.

Y acá esta él, tan tan él, exteriorizándolo a través de esta serie de  pinturas que  toman su forma,

la mía,
  la tuya,
    la de los dos,
      de las cosas
         y de los otros.

Sobresaliendo el color y su identidad en cada una de sus pinceladas. Encontrándose para volverse a perder. Recordándole al mundo que somos una sola cosa: mente, cuerpo y espíritu.

Permanentemente retrata, describe, refleja. Personas, momentos, pero también ese más allá.

Nicolás es un collage,
es persona, es él, es los otros,
es reflejo, es sus antepasados,
es nada y es todo a la vez. 

¿Acaso,
no todos somos eso?

Nicolás Oyuela, 2012
                                               

y ya que estamos rositas...


de las pochocleras,
mi favorita.

10.22.2012

la vida es usar vestidito I

una vez más estoy acá, contando: que yo quería ser 
grande, madura, independiente, autónoma, feminista.

al final resulté,
"boba con los sentimientos" 
"muy blandita" 

[lloré]

soy la más rosita del condado.
quiero ser (para vos
la más linda del cumpleaños.
quiero que me digas (todos los días, todo el tiempo)
que me querés hasta marte ida y vuelta,
infinitas veces.

yo quería ser; pero bueno, 
no fui.












10.19.2012

vivir con


Convivir , es vivir con
la toalla húmeda en la cama, 
el agua hasta los tobillos porque no saqué los pelos de la rejilla,
y que no te guste el puré con pedacitos de papa -como a mí-

Que suene Piazzola cuando quiero escuchar rock,
que te duermas rápido cuando yo quiero seguir contando
y que te encante despertarte temprano.

Entender que ahora preferis el orden,
que te gusta el silencio,
y que el baño es tuyo a la mañana.

Las peleas en el supermercado, 
las peleas a la mañana,
las peleas en la calle.
Las peleas.

Tus palabras soberbias,
mis frases irónicas
y elnotebancomás.



Pero convivir también es 
no poder salir de la cama,
los masajes a cualquier hora,
poder jugar en la cocina
Y que me leas un cuento si me siento mal.

Es crear nuestros espacios,
en una casa tan grande como tu living.
Con tiempos propios, que se hacen amigos
y conviven en paz.

Es extrañarte si te vas un ratito, 
y ayudarnos entre nosotros
(¿te quedas quieta asi te pinto?, 
 bueno y ahora, ¿escuchas mi cuento?)

Es reirse seguido
bailar al mediodía
cantarte a los gritos
Y también,
disfrutar el silencio.

El matecito de las siete
O aun mejor, en la cama con tostadas
y yo que ní me moví.


Convivir, es vivir con vos
pero también conmigo.

Que bueno, que otra vez más,
no era como nos los contaron.




10.18.2012

Yo caminaba por un mundo que con solo mirarlo fijamente perdía su capacidad de realidad. Nunca pude soportar la excesiva realidad y ahora, paradójicamente, su pérdida me abrumaba.


Fabián Casas, Ocio

canto versos*

Ordené las ideas ideando el objetivo objetivando las palabras parafraseando teóricos  socialistas
socializando revoluciones revolucionando lo instituido institucionalizando los géneros subjetivos
subjetivando mis cotidianeidades.
De repente estaba vacía.
De repente estaba ordenada, objetiva, la palabra justa, el teórico citado, la revolución entendida.
La institución se comió de un bocado mi cotidianeidad subjetiva y todas las palabras me parecieron eufemismos mediocres. 

A veces no podemos hablar, no nos dejan escuchar.

Esas veces entiendo (siento) que a fin de cuentas vivimos en gran género literario con infinitas opciones para contar cantar decir y contemplar.

Quedarse callada no es ningún género, es la cobardía de no poder abrazar al que se quiebra por los encantos de la institución.
Quedarse sin ser escuchada no es ningún género, es la realidad de nuestras propias palabras atragantadas en la panza.

¿Por qué escribir?
Por no callar, para escuchar.
Por amor.


10.17.2012

de poemas y de genios

"Un poema no sale a la conquista de ideologías; es una partícula íntima. No creo que un poema pueda voltear una dictadura o cambiar una ideología, porque va de individuo a individuo. Los cambios los produce la gente, porque los gobernantes no dan importancia a la cultura: la tiran por la borda. Pero si un poema no puede voltear una dictadura si puede servir para cambiar la sensibilidad de la gente. Y será la gente la que haga esos cambios. (...) 

La poesía es para mí una necesidad."


Mario Benedetti, en "Del amor y del exilio" 

10.16.2012

acá a la vuelta

El beso del Hotel de Ville (1950), Roberto Doisneau


Parece que al final no fue una toma al azar, si no que fue todo muy premeditado. Hubo una pareja farsante que vendió esa versión, y así fue la foto más vendida de la historia. Pero Ricardo confesó la posta: eran dos estudiantes de teatro que posaron para él. El fotógrafo les mandó una copia a modo de agradecimiento que la estudiante, unos cincuenta y cinco años después de la foto, vendió por tan solo 200.000 dolares.

Como sea, esto pasó a una cuadra de mi casa -deamentiritas- en Paris.
Y además Doiseneau tiene un montón de fotos más lindas que esta. 

Mis preferidas son las de los gitanos y las de las vacaciones.


Cité des Arts


La cité no es una cité como uno imagina al escuchar su nombre. Más bien es como un edificio. Bueno, un gran edificio. Aquí mismo viven unos trescientosdiesocho artistas, del planeta entero y de las variedades que uno guste: músicos, dj, bailarines, diseñadores, pintores, escultores, escritores, fotógrafos, etc y etc y etc. Todos juntos viviendo en un gran comunidad. En general son todos muy simpáticos y abiertos a la interacción. No tanto los músicos, menos si son orientales, pero esa una gran generalización.

El edificio parece sacado de una peli de los setenta. Tiene un patio grande, un jardín y algunas cosas de hotel. Por ejemplo te cambian las sábanas cada quince días y también tiene una recepción.  Mi preferido entre todas las personas que atienden la recepción, es el chico de la mañana. Practica su incipiente español conmigo mientras yo intento mi francés, por lo que en general, terminamos hablando ingles, el esperanto del lugar. Katherine, la señora rubia,  también es muy amable y su trato me resulta un tanto maternal. Los que están a  la noche no me caen tan bien. 

Después está Madamme Lui, que desde su pequeña oficina organiza todo.  Es la gran mujer atrás de toda gran cité.  Ah y también el director que a mi no me gusta mucho. Tiene cara de presidente del FMI.

Todos los martes, en una sala que esta en el subsuelo, hay una nueva exposición de pintura o escultura o fotografía y también toca alguno de los músicos residentes. Esta bueno porque a medida que pasa el tiempo, vamos conociendo a todos los que tocan. Por ejemplo el martes que viene, el día de la muestra de Nico, van a tocar unos amigos: David, que es un español muy sonriente y muy español, Philiph un suizo muy extravagante y simpático que quiere ganar el bailando por un sueño suizo,  y una alemana que no recuerdo su nombre pero sé que habla español. 
Deneth, nuestra ex vecina de Sri Lanka, les hizo la ropa para el evento, toda con muchas flores y colores.

También, aquí  en este mismo  edificio, se dan las clases de francés. Betsavé, la profesora, esta un poco loca, pero sabe mucho de arte y nos hace reír.

Hoy por fin prendieron las estufas. Era la conversación del ochenta por ciento de los ascensores que tomé la última semana: que frío que hace en la cité. Y sí, el otoño se está empezando a notar.



La cite tiene una galería gigante que da a la calle.  Ocupa todo su costado, o sea es del largo de una vereda.
Todos los días, cuando empieza a oscurecer, van llegando de a poquito unas veintiún personas. Hay algunos viejitos y otros no tanto. 
Mujeres y hombres, se van acomodando en fila, uno al lado del otro. Cada uno con su bolsa de dormir.
El otoño se empieza a hacer notar y ellos duermen ahí. 


Todas las veces que vuelvo y los veo, 
siento que todo pierde un poco de sentido.

10.14.2012

soñé que

nos encontrábamos para ir a ver a La Renga, con nuestras remeras haciendo juego, de esas negras de la adolescencia.Yo iba con mi novio, vos con el tuyo (¿tendrás?). Caminabamos por adrogué -obvio no se parecía a adrogué-, y llevábamos unos perros salchichas chiquititos. Los poníamos en tuppers con agua caliente para que crezcan. Oli le ponía la  tapa al suyo.

Al llegar, la abríamos y su salchicha estaba muerto.

10.13.2012

10.12.2012

día de la "raza" (?)

y yo, en Europa.



Me siento traición. 

según él


 con la colaboración de Nicolás Oyuela

Las aventuras de Alef-Thau, segunda parte.
El bar que no parece un lugar en donde uno pasa y dice: “Acá se tira el tarot, o pasa algo o acá andan en una!” Vinimos la semana pasada porque Jodorwsky tira el tarot todos los miércoles, a las 16 hs parece.
 Vinimos tarde, eran como las 21.30 hs y el lugar no se encontraba fácil. Es por Gard de Lyon, pero el nombre del bar no era el que sabíamos que se llamaba. Todo está envuelto en algo misterioso. Nos dijeron que volvamos el miércoles de la semana próxima, a las 16, esa era la hora!
Y acá estamos.
Entramos otra vez, un poco antes de las cuatro. Yo hubiese querido llegar antes. Venir con tiempo. No son muchos los miércoles que nos quedan para “esto”. Así que nos peleamos un poco antes de llegar hasta acá.
Nos dijeron, siéntense. Y nos señalaron la mesa pegada a un pibe leyendo (algo de Pessoa). Quisimos separarla para no incomodarlo, pero el mozo volvió a pegarla “Los miércoles es así, todos por todos lados”
Confirmado: hoy viene el tarotista. Porque puede que no venga eh, capaz que uno va, espera desde las tres de la tarde y no pasa nada. Pero quien vendría hoy no es Jodo, sino un discípulo de él.  Así que pasan la ensaladera blanca, y ahí uno tira en un papelito escrito su nombre y apellido. Como los arcanos del mazo, sólo se sacan 22 nombres. Y no hay tu tía! Porque el de al lado mío se vino desde Italia sólo para eso: “Y, estoy desde hace como un mes acá” El miércoles pasado dijo que fue para leer, porque el pobre no entró en el grupo de los veintidós.
¡Estaba seguro que iba a pasar!  Probablemente estaba escrito, predecido por alguna carta. Yo era el que había averiguado sobre esto. El que siempre se interesó por estas cuestiones. El que insistió en ir, en no dejar pasar mas tiempo.
Pero en algún lado (si alguien sabe donde, por favor que lo diga, hágamelo saber! Quiero llegar ahí y fecundar un virus transportado por mi propio cuerpo si es necesario para generar una peste fulminante!), pero en algún lado estaba escrito que mi función era la de simplemente hacer llegar a otra persona a través de mi hacia esa mesa. En los archivos del universo, en donde esta escrita mi vida, dice: “ el 10 de octubre del año 2012  la acompañará a el bar “Le Téméraire”  y será solo puente de conexión, de unión, sin cumplir mas que aquel rol que le fue destinado para el miércoles: acompañante”.
Yo también me leí entero la segunda parte de El mundo de Alef-Thau ese día. Y no solo eso, también tuve que ser espectador de cómo otro individuo que además de haber sido seleccionado, se acerco a nuestra mesa y le ofreció hablándole en francés a mi novia una sesión de masajes tailandés, que yo traduje como “vos te sacas la ropa y yo te franeleo un rato” Después de haberme enfriado me di cuenta que por los jeans que tenia puestos y las zapatillas de suela gigante y muchos colores fluors, solo podía seducir a la paciente ciega que Pablo, mi amigo, hizo de acompañante terapéutico el año pasado y que había logrado impresionarme pero que prefiero no seguir describiendo.
El miércoles que viene sin duda voy por la tercera parte de El mundo de Alef-Thau!



10.11.2012

Café Le Téméraire

Dieciséis horas de un octubre que no se anima al frío; en Paris: un café. De esos de esquina, con mesas en la vereda y  sillas mirando más afuera que adentro.

Una chica toma café. Lo termina y se levanta. Lleva una pollera larga hasta los tobillos que permite ver que usa borsegos. Trenza y remera de flores, intenta irse, pero el mozo le dice que tiene que pagar. Ella lo mira y le dice :  si quiere puede llamar a la policía.
Y con esa frase, se va.

En una mesa, el primero: vamos a ponerle J. J tiene los pelos despeinados, largos hasta los hombros. Una mandíbula que dibuja una sonrisa gigante y dientuda. Lee en una mesa un libro de Fernando Pessoa, porque tiene ganas, sí, pero también porque lo hace sentir mas interesante. Viste un saco beige, entre moderno y antiguo, que le da un look intelectual.

En frente, pero en el mismo café, el segundo: P. 
P no lee, P solo toma té, fuma y mira con ojos grandes y de manera fija, a todo y a todos.
Se levanta y lentamente, pero con decisión, se acerca a la mesa de J.

P: ¿Vos… sos italiano?
J: Sí, ¿vos también?
P: Claro, ¿me puedo sentar?

Y antes de terminar la frase, la mudanza estaba hecha.

Como buenos italianos en pocos minutos se convirtieron en viejos amigos. Hablaron de sus lugares de referencia y sus respectivas profesiones: J es de Torino y es ingeniero -cosa que ya no le agrada- P, de Roma y es músico. Comentaron sobre sus casas prestadas en Paris,  sobre el asma de P y el trabajo de J.

Muy cerquita de su mesa, otra. “Los miércoles es así”, dijo el mozo, cuando intentaron separarlas. Sentada había una pareja, los dos escribían, no se hablaban. A J y a P esta situación les llamo la atención.  Se rieron de la probable poca comunicación entre él y ella.

Todos esperaban, el ambiente estaba cargado, de nervios y  ansiedad. En pocos momentos estaba por llegar Jodorowsky, quien no satisfecho con su carrera de escritor , director teatral, director de cine, guionista de cine, actor, mimo, marionetista, compositor de bandas sonoras, escultor, pintor y escenógrafo guionista de cómics, dibujante, psicoterapeuta y psicomago,
decide sentarse todos los miércoles del mes en ese café y leer las cartas de tarot a los posibles interesados. Y todo esto, gratis.

Pero ella no sólo escribe. De repente saca un lápiz y comienza a hacer un dibujo de otro de los comensales del café. Piensa que puede utilizarlo para su próxima historieta.

El hombre se acerca a la chica, le dice algo en francés que ella no logra entender. Lo repite en inglés, sin éxito, pero todos escuchan que es su cumpleaños, que él le pide ese dibujo a cambio de unos masajes. Hacer masajes es su trabajo y le ofrece una sesión gratuita si le regala su diseño. Ella lo piensa, pero mira la cara  de su pareja y se decide por no realizar el trueque.

Mientras tanto, un viejo se acerca al novio. Le dice cosas, muchas cosas. Algo sobre sus anteojos y los químicos. El novio no entiende, y los mozos, con cara de: "otra vez vos",  lo echan a la calle.

P le cuenta a J que él vino de Roma a Paris para tener ese encuentro con aquel famoso tarotista.  Lo admira y esta dispuesto a estirar su estadía hasta poder hablar con él. Pero de repente el mozo anuncia que hoy no viene el famoso, sino aquel italiano, su discípulo.

P mira decepcionado y le dice bajito a J que el miércoles que viene va a volver. Va a volver hasta conseguirlo.

Ya son las 5, y por fin, el sorteo. Todos escriben sus nombres en papeles, pero solo veintidós van a ser seleccionados. Veintidós,  como la cantidad de arcanos del tarot.

J sale sorteado, en el número 8. El don discípulo llega, vestido de negro en combinación con sus antejos, su bolso y zapatos. Sí, es italiano, su pinta lo confirma, y  viene acompañado de otros tres seres extraños.

Entre cafés y cigarrillos van pasando los números, las personas, las preguntas. El 7 es de una chica de unos veinte años, es española, pero cuenta con una amiga que hace las veces de su traductora. Pregunta algo sobre una foto del Facebook. J esta atento a la situación, pero no logra escuchar bien porque esta lejos. El tarotista le recomiendo una “acto psicomagico” , que incluye sobres, manos de maniquíes y fotos. Ella se va llorando.

-       El siguiente: número ocho

J se levanta  entre temeroso y decido, pregunta en vos bajita.
Tira las cartas, escucha atento las respuestas. Y se va.

Es el turno de P , lo saluda: - Hasta el miércoles que viene, entonces
J: no, por las dudas no me esperes.





Yo insisto en querer escribir ficción.
Sin embargo la realidad es siempre más interesante.

de cómo hacer poesía con imágenes

Utagawa Hiroshige (1797- 1858, Japón)



 


10.09.2012

diario de viaje


En Paris, las plazas más que pasto tienen piedritas.

Betsavé, la profesora de francés, dice que Paris es una ciudad diseñada para ser vista con lluvia.

Y yo, le creo.

...


Sabía que era cuestión de un tiempito no más. 
Esa sensación de extrañeza y extranjeridad no podía durar más uno o dos días.  Yo lo sabía.

Sabía que en breve ese lugar ahora tan ajeno, iba a ser mi (nuestra) casa, mi lugar, que  iba a tener mis colores y que el solo hecho de imaginar dejarla me iba resultar triste y difícil.

Pero todo esto que sabía mi mente, no lo podía entender mi pecho en ese momento. 



Le dije a nico que saquemos todos nuestras cosas. Sí, aunque sean las doce. 

Y que sea la útlima vez que llegamos a un lugar de noche. 


...


Pletzl, el barrio judío.
Al lado, el barrio gay. 
Quartier latin,
el barrio chino
y la pequeñ india.

Dosmildoce y cuándo vamos a enteder que todos somos diferentes, pero también iguales

Tal vez será que vivir entre los conocidos es más fácil

¿y si nos mezclamos? 






10.08.2012


Imaginad un viaje fluvial.
El barquero, de la naciente estuario,
sigue el flujo de las aguas. ¿Ese viaje
comienza? ¿Termina? El barquero
encuentra que así es y así ve: y en
verdad hay una faz del viaje donde
el comienzo  y el fin existen,
donde existe una lectura o ejecución
del viaje . Hay una faz del viaje donde
pasado y futuro son reales; y otra, no
menos real y más huidiza, donde el
viaje, el barco, el barquero, el río
y la extensión del río se confunden.
Los remos de la barca hienden
de una vez  toda la longitud del río;
y el viajero, para siempre y desde
siempre, inicia, realiza y concluye
el viaje, de tal modo que la partida
en la cabecera del río no antecede
a la llegada a su desembocadura.

OSMAN LINS, Avalovara.
(citado por Cortázar, en su libro: "Los autonautas de la cosmopista")

10.07.2012

entonces


Y yo que me creía que la vida de los artistas era re fácil. Hasta creo haber sentido envidia de sus días sin horarios.  Claro, les pagan por hacer lo que les gusta, así cualquiera es feliz…

Hasta que un día la vida, que en general no deja títere con cabeza, me invitó a jugar a eso:
dos meses, sesenta días.

Tiempo l i b r e.

Algunas clases de francés y otros eventos sociales, pero tiempo para hacer 
lo
que
se
me
de
la
reverendisima
gana.

Tiempo Libre ¿es libertad?

Ah, al final no era tan fácil. Y vamos a reconocer que el ambiente exterior no me ayuda. Siempre hay algo mejor que hacer que quedarse enfrente de la computadora,
y esta vez es real.

Pero resulta que ya me perdí por las callecitas, ya me comí el crep, el queso, la baguette. Los jardines, la cervecita, el vino, los cafés, la bici, y las milun muestra de arte, 
ya las ví.  

Entonces, hora de sentarse y escribir.  De sacar a luz, de parir por fin, ese conjunto de palabras que empujan por salir de esa cabeza (¿o corazón?), que piden materializarse y ser por fin concretas, coherentes.

¿Coherentes?,
todo un desafío.

Sobre todo porque en general, las mismísimas vienen acompañadas de un grupito de sentimientos , que rebotan, que crujen y gritan por todo el cuerpo. Recuerdos que no son humo y la ficción, que más que mentira, es siempre la verdad.

Entonces mejor me pinto las uñas,tomo mate,cocino,me baño,ordeno el placard o los libros del estante. 

Pero la vocecita sigue ahí, molesta y excitante
insiste e insiste
obligándome a empezar un nuevo karaoke de sentimientos.

Y entonces aca estoy.

10.06.2012

l´eté italien


Claude Nori
1983

 

          lo que mas me gusta de esta serie de fotos  
es el aire de bristol marplatense

10.05.2012

media vida en paris


Porque a mi Buenos Aires me encanta,
entonces,
media vida en Paris.

Ciudad Luz, que más que luz es lucecitas.
En la torre, si,
pero también en las casas que se están por ir a dormir.

El río verde que recorre la ciudad,
espiando a los vendedores de libros en sus orillas.
Señores que sentados en sillas de camping,
leen y aprenden más que en cualquier facultad.

El ruido de los tacos
que rebota en sus calles flacas,
de paredes enfrentadas y
 esquinas con forma de  poesía.

Rayuela por donde mires,
aire de mayo en Saint Germain,
y una eterna revolución intelectual perdida entre cafés.

Esos  chiquitos,
con mesas de vereda que miran a la gente
pasar, pasear.

Esos como los del barrio,
pero más no se qué.

Esos que
me permiten volver,
pero sin volver.





Datos personales

Argentina
para que sepas, y leas, y veas y sientas

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