Escribo con Octavio encima mío. Octavio es el gato
del Bar Conde, el de la esquina. Tiene dieciocho años, camina muy despacio y cuando
algún cliente lo acaricia, a veces, se anima a subir.
Hoy me eligió a mí. El diariero que trabaja en la
esquina, mira desde afuera por la ventana, y comenta : "y el gato es viejo pero no boludo"
Agrega:
“Desde que salió en página doce las gatas hacen cola...y que gatas eh!”
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