7.04.2010

basta ¿o más?

Conversábamos de las cosas chiquitas de todos los días, de las vueltas en bicicleta, de la vida de las vueltas y de las vueltas de la vida. Recreábamos a un tipo que quería que alguien tuviera calor, en un taller que se la daba de algo que todavía no sabemos bien qué es pero nos hace bien. Siempre preferí las empanadas de carne con vino tinto y las de jamón y queso con birra, pero no nos importaba… podíamos comer una y una. Podíamos arrancar con una copa y seguir con otra. Eran los tiempos de gloria, de la juventud, era el no querer vendernos a la resignación, el no querer aceptar que las cosas son así y mirá que por acá no va a salir el sol, por acá no amanece todavía. No, ninguno de nosotros se creería eso jamás. Hablábamos de a poquito, primero de experiencias lindas y nuevas pero después aparecía el rechazo a una vida corporativa que no nos gustó. Porque no nos creíamos los reconocimientos que iluminan con luces de árbol de navidades pasadas, nosotros queríamos que amaneciera de verdad. Centros culturales, proyectos regionales, algunos recitales, un poco de percusión. Dale, sonreí, te saco la foto y así en un clic de a poquito sin ser revolucionarios aprovechábamos cada oportunidad para decir(nos) que amábamos la libertad aunque a veces libertad sea el día de estudio en el que no se estudia, el parcial difícil que todos aprobamos y la materia de mierda que nadie cursa, ¿firmás por mí? claro que sí. Pasame tu DNÍ. Lloramos un poco, a veces, entre mates y decisiones difíciles, entre chipacitos caseros y hambre de vida nueva. Nos confundimos, nos entendimos, decidimos volvernos a confundir pero no podemos con tanta vida a veces no se puede y ahí es cuando soñamos en armar mochilas mientras terminamos cuatrimestres, el finde largo me voy pa’ casa… y aprovecho para decir que ponen ojos brillosos cuando van a casa, que son lindos cuando dejan ver que son del interior, que el interior es lindo. Eso ya lo sabíamos. Y no sé, es que ahora me puse a pensar en esa foto que saqué hace más de un año y qué rápido que pasa el tiempo, esa foto en nuestra facultad… esa pared que pide más, un panel diciendo basta, un banco pidiendo más todoslosdías todoeltiempo. Entonces ¿qué se hace? ¿basta o más? Tal vez podamos con todo, tal vez podamos seguir con la gloria joven de cada día, con las ganas chiquitas pero Dios, ¡qué ganas que le ponemos! Es que no se bien por qué (les)estoy escribiendo todo esto. Me pasa que hoy es domingo, y ahora que sé que no voy a tener que cursar nunca más en esa facultad tuve miedo que nuestras almitas jóvenes se vayan avejentando con el correr del tiempo. Me angustié un poco. Es que no quiero que salgamos al mundo de las lámparas de bajo consumo y pensé que tal vez si escribía todo lo que somos lo íbamos a tener aunque sea un poquito más presente para cuando todo esto se convierta en lo que fuimos: unos pibitos que se cruzaron en la facultad de sociales… estudiando una carrera que todavía no sabemos bien qué es. Unos pibitos que tienen unas ganas y un empuje que no quiero que se vaya nunca, unos pibitos que saben cuando decir basta y que a veces quieren más.

4 comentarios:

Mar dijo...

es "basta" de algunas cosas, pero seguramente "más" de otras, de esas que nos hacen como somos, de esas que nos hicieron elegir lo que elegimos...

(mi amiga Ana te diría: "para ser el final, qué buen comienzo...")

Anónimo dijo...

Siempre existe un "basta" que por ser tan necesario es tan positivo, pero mas fuerte es ese "mas" que reafirma quienes somos.

Me encantó.

macanudas* dijo...

volvió "anónimo"
es de siempre?
el que ya se quien eso?
o uno nuevo?

macanudas* dijo...

(y gracias)

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