7.23.2010

hombre puente

Me despertaste con el ruido del agua yendo de la pava al termo, con soquetes y short de playa. Me levanté y te vi con mi mate, que es un retrato de mi persona, escuchando un tema de las pastillas del abuelo que nunca voy a saber identificar porque todos se parecen bastante. Y no entendí nada, no entendí tanto contraste. Pero me gustó.
Me contaste de tu futuro, de Cuba, de ratones, de investigaciones exactas, del A+B es = a C, de lo inmune, de lo infeccioso de la biología. De todo lo concreto de tu profesión y la pasión por la exactitud de tu empleo público y que los dos mangos con cincuenta no importen. Y no entendí nada, no entendí tanto contraste. Pero me gustó.
Me preguntaste si yo también iba a comer con todos rabas en el bar de playa o si prefería empanadas sentada en la arena; te acompañé. Yo pedí de atún. El viernes santo y el pescado… vos unas que llaman lajmashin y me contaste sobre comidas nuevas, sobre tradiciones y muros que se lamentan los deseos de un pueblo entero. Y no entendí nada, no entendí tanto contraste. Pero me gustó.
Me dijiste que me pasabas a buscar a las diez por la facultad, pero yo te había avisado que salía a las once, vos preferías esperarme. Fuimos a comer rollitos de pescado que se comen con dos palitos y cuando te dije que no sabía comer con palitos pero que igual me animaba vos me dijiste que eso era lo que te gustaba de mí. Y no entendí nada, no entendí tanto contraste. Pero me gustó.
Me llevaste a pasear, me invitaste a dormir, me regalaste una hoja de un árbol y me enseñaste a cuidarla.
Te acompañé mientras esperabas el colectivo, pero te dije que yo no podía, con tanto mareo a veces no se puede y me dijiste que me calle que mejor darnos unos besos y no pensar tanto. Me iluminaste los días, se iluminaron los cuadros, te oscurecí el panorama cuando te dije que sí pero no, que diciembre y mi mochila y Sudamérica… es que a mí lo que no me sobra hoy es amor.
Me pasaste a buscar por casa. Me dijiste que hasta acá llegaban tus ganas, que yo te hacía mal y que no estabas enojado… que estabas decepcionado por lo que podríamos haber construido pero no.
Y yo volví. Tranquila. Me senté en mi cama, me puse gotitas en los ojos y me sentí mal, egoísta, maldije lo difícil que es que dos personas se gusten y cuánto más difícil es que se gusten en el mismo momento de esta vida. Pensé en todo lo que pasó desde que empezamos con esto y en lo extraño de que hayamos tirado para lados tan distintos. Pensé en manu chao, en los hombres, en los puentes… en los hombres que te agarran despacito la mano y te llevan a cruzar de un momento a otro. Pensé en todo esto y una vez más valoré lo chiquito de todos los días, la simpleza y lo feliz de dos que se cruzan de casualidad y se acompañan un ratito.
Hombre puente no se decepcione, que yo fui su mujer puente también. Que estuvo lindo, que todo que sí, pero es que a veces no…

3 comentarios:

puchi dijo...

cuadros luminosos,
hombre puente,
hombre bisagra,
hombre al agua.


lu este texto me ayudó a entender algunas cosas.
solo eso.

más gracias !

Cel dijo...

"Libro puerta, libro puente; para eso son los libros", dice la dedicatoria que me hizo quien me regaló el libro "Doce cuentos peregrinos" de García Márquez. Antes de ése libro, García Márquez me era indiferente, después, si bien no leí nada más de él, me animó a leer otras cosas. Y bueno... de eso se trata a veces supongo.

Julieta dijo...

Un mate en tu cocina hablando de las bisagras de la vida; todo esto me suena bastante. Me gusta.
FELIZ RECIBIMIENTO, al margen. Felices domingos de siestas SIN apuntes.
Saludos a las macanudas.

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