A la ciudades de Alemania, no se por qué, me las
imagino tipo abuela. Mucha torta y navidad. O a lo sumo abuelo que toma mucha
birra con los amigos en un bar.
Pero Berlín, no. Berlín no cumple esa norma. Vendría a ser como un hijo adolescente, expresando su continua rebeldía por donde
se pueda. Rebeldía reflejada en la
ciudad misma, en sus paredes y en su gente. Mucha rasta, muchos piercings, tatuajes…pero
no solo en los adolescentes mismos, sino en todo tipo de
ciudadano, cualquiera sea la edad.
¿Será que después de tanto antisemismo, aprendieron que cada uno es libre de
ser como quiera? Piedra libre para todos, que alivio!
La rebeldía y esas ganas de expresarse se ven
también en el arte callejero, típico del lugar. Como buen adolescente, siempre
al borde de la ley, claro. Lo bueno de todo esto, es que supongo que algo les quedó de ese ADN comunista, y acá
el arte no se encierra en galerías
si no que esta por todos lados, en cada rincón. Hay que reconocer que algo del
sentimiento colectivo -esto de que
si vamos todos para el mismo lado logramos mejores cosas- lo entendieron mucho más que otros. Y se
los ve organizados, tomando casas y edificios viejos, convirtiéndolos en centros
de arte y tan bien organizados.
II.
Berlín también es una caja de sorpresas. Y para mi
las sorpresas, además de ser increíbles,
tienen ese lado que tanto no me gusta. Quizás sea esa-mi manía de
predecirlo y entender todo. Entonces Berlín es una caja de sorpresas.
En el aire hay una energía densa. Se respira
cierta angustia, y yo me encuentro perdida, intentando entender en unos pocos
días, lo que quizás ni sus propios
ciudadanos puedan aun entender. Me encuentro leyendo Wikipedia mas de lo que me
gustaría, mareándome entre conceptos: comunismo-socialismo-guerra fria-Marx-Lennin-Trosky-
los aliados- Unión soviética… y extraño a Lu y a sus clases de marxismo para
desentendidos, en la terraza.
Siento ganas de ser una de esas turistas más, que
caminan fotografiando todo con sus celulares, disfrutando de una ciudad más, sin
la necesidad de involucrarse. Pasear y comprarse un montón de esos bolsos que
dicen Berlin por todos lados. O bueno, sino, también podría ser una estudiosa
de historia, intentando pulir mi tesis. Pero no, estoy yo, con mis pocos
conocimientos, pero mi gran cantidad de interrogantes y sentimientos, que me
vuelven como una nena curiosa: y por qué, y por qué y por qué.
III.
A veces pienso que Berlín quedó en un pause
eterno. Parece una foto viva de los años 80, y esto se ve en los colores de la ciudad, en la manera de
vestir de la gente, la música que se escucha en los bares, el tipo de edificios,
el subte, la tipografía de los
carteles… Y bueno, no debe ser fácil poner play después de semejante historia.
Muchos veces cuando voy en el subte miro a mi alrededor y pienso, esta gente
convivió con un muro, ¿de que lado del muro viviría este que esta sentado acá
al lado? ¿y el del enfrente?
IV.
Camino por el este, la ex ciudad comunista.
Predominan los monoblocks. Pero lo más llamativo no es eso, que por su puesto
no deja de serlo, sino su collage
con mc donalds, shoppings, edificios de vidrio y bancos. Ah y también casinos. En esta ciudad hay
más casinos que abuelos. Bueno, abuelos hay muy pocos.
A veces pienso que debe ser por la gran cantidad
de muertes que hubo en los últimos años. Y me da escalofríos.
Visito el muro, esta pintado, y también bastante abandonado.
Y pienso que obviamente el comunismo la pifió. Sobre todo por la cantidad de
muertos que esto produjo, y la privación de la libertad de los ciudadanos. Nada
más ni nada menos que la libertad..fuerte. Pero bueno, a la vez pienso: al
menos del otro lado del muro la
gente tenia donde vivir y no se moría de hambre, ¿no? Y además, qué, en este
bendito sistema capitalista acaso no hay privación de las libertades? Pienso
que actualmente el muro ya no es
de cemento, pero aun existe para muchos, en Berlín y en todo el mundo.
V.
Hoy es un día de sol, quiero ir a un parque y el
chico con el que vivimos me recomienda ir a Tempelhoff. Es un aeropuerto abandonado, que como quedó en desuso hoy es un
parque para hacer ejercicio. Pero inquieta y metiéndome en los rincones,
averiguo que antes de ser un aeropuerto abandonado, aun antes de ser un aeropuerto en actividad, fue uno de los
primeros centros de tortura. Donde se encerraba a la gente que pensaba diferente, la gente que se enamoraba
de su mismo sexo, los discapacitados, o claro esta, los judíos. Aca encerraron
10 mil personas y nadie lo
recuerda. Es solo un lugar para “hacer ejercicio- entrenar”. ¿Ejercicio,
entrenar? Eso, por lo menos a mi, me suena muy militar. No debería ser este un
lugar para quedarse quieto y pensar. Y digo la palabra nazi y me cambian de tema. Y yo me indigno pero a veces pienso que no
es que no quieran, es que no pueden.
VI.
Voy a la muestra de Newton, un famoso fotógrafo.
El edificio donde se aloja la muestra es un ex casino militar. Miro sus fotos,
mujeres desnudas por todos lados. Mujeres flacas, altas, 60-90-60, mujeres como
objetos en la vidriera para ser vistos- y quién sabe, comprados-. El fue muy del
tipo glamour- hollywoodense, defendiendo un concepto de belleza a mi criterio herrado y
pienso: este hombre no entendió que proponer una raza área no es una buena
idea.
VII.
Lo increíble de todo esto es que Berlín, sigue
siendo uno de mis lugares favoritos de Europa. Será que siempre me gustaron los
conflictos y los traumas. Como sea aca me siento inspirada y mi cámara no para de disparar. Además
las buenas cosas son muy baratas, por ejemplo la cerveza y la ropa de segunda.
Así que, así sigo caminando.
Abrigada, porque acá el otoño es frío.
La gente también.
2 comentarios:
estaba leyendo y pensando que todo lo que fuiste soltando en este tiempo se conecta con un hilo casi imperceptible pero que ahí está, que se puede ver.
la libertad de tus palabras hacen un libro.
volvé para la clase de marxismo para desentendidos pero volvé también para mostrarnos todas esas fotos y seguir queriendo saber. siempre.
celebro el error de tipeo que en el apartado VI te dejó escribir 60-90-60 (y no 90-60-60).
para perfectitos están los demás, acá no.
quierote.
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