Madera que
al
podrirse, fácil
se
quiebra. Garganta
más
diminuta
en
cada
instante.
Cuerpo
sin cosquillas
dilatado,
Pensamientos
revolviéndose
en
sombras. Camas
que
de noche
se
hacen
grandes.
Lágrimas
¿son
infinitas?
Hoy
sí.
Como
mis ganas
de
tocarte
y
decirte al oído:
Lo podrido sabe
amargo.
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