4.29.2007

Otoño en Buenos Aires

El año que comienza a tomar velocidad;
el sol que pierde su furia,
el frío que comienza a hacerse presente,
los abrigos que salen de paseo.
La lluvia y el viento luchan por ser protagonistas.
Las hojas caen, cargadas de promesas jamás cumplidas,
proyectos no concretados,
y esperanzas renovadas aquel primero de enero, que ya empiezan a oscurecerse.
Se respira melancolía y nostalgia.
Sin embargo, cosas que con el tiempo (o con el viento?) se acomodan,
amores que encuentran su curso,
cambios que comienzan a asomarse en forma de quejas a lo que pronto será asunto pasado.

Algunos lo disfrutan,

otros lo utilizan simplemente como una excusa para desplegar su tristeza...
Así es,
Bienvenidos al otoño.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

viento. para mí que es todo viento
rápido.
porque son cuatro meses.
otroño.
y después 'honremos a la primavera eterna de la vida, q todo lo creó'
(aunque el invierno me sienta bien)

y las excusas?
forma cobarde de justificar el cambio.
ese, del que nos quejamos, antes de que sea un asunto pasado.

eso es el otoño para mí: el contexto que uso de excusa para justificar mis miedos al cambio.

dale, seguí meg. me gusta esto.


Ludmil*

macanudas* dijo...

hay dos que quieren saber qué es el otroño para vos

E + F (guiño. guiño)*

Anónimo dijo...

me pasa sí! otoño y cambio, muy buen paralelismo!!
Cambiar las hojas... es quedarse pelado! desnudo!! claro que sí, ¿cómo no nos va a dar miedo?!
Se admira su reflexión!
y usted, no se me ofenda sabe que igual lo quiero señor otoño... gracias por llenarme las calles de hojas que me sirven para irme sin irme, y ser libre sin librarme de nada; con solo mirarlas flotar.
besos infinitos!

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