Necesitaba mirar el río para hacer de cuenta que me escapaba un poco de todo.
No quería ser una más parada allá, al costado de esa cinta. Esa maldita cinta.
Caminé cada vez más rápido. El tiempo me jugaba en contra.
Y yo, necesitando mirar el río.
Ahí estaba.
Quería ver agua.
Vi un cielo que se burlaba de los edificios. El cielo sabía, me lo contó en voz bajita, que él estaba más allá. Más allá de los que corrían por Alem, de los que jugaban a la liberación, pero principalmente estaba lejos de los edificios que por más altos que fueran no iban a alcanzarlo.
Él lo sabía y eso me tranquilizó.
Estaba ahí, todo junto el mundo facineroso y, nosotros espectadores.
Tenía al sol. Bueno, el sol estaba ahí… Pero no sé por qué ‘hasta el sol’ cambia. Rebota, hay vidrios espejados que hacen que el sol lastime.
Respiraba. Respiraba ese aire no tan puro, no tan bueno. Respiraba esas libertades un poco menos húmedas.
Gracias sol, gracias cielo (hoy muy celeste), gracias aire, y gracias ruido que eras más escaso que el cotidiano.
Estuvo bien, fue una linda escapada. Fueron mis quince minutos sintiéndome lejos en la cercanía.
No era un escenario feo.
El tema es, que yo necesitaba ver el río y el que estaba no me gustó.
No quería ser una más parada allá, al costado de esa cinta. Esa maldita cinta.
Caminé cada vez más rápido. El tiempo me jugaba en contra.
Y yo, necesitando mirar el río.
Ahí estaba.
Quería ver agua.
Vi un cielo que se burlaba de los edificios. El cielo sabía, me lo contó en voz bajita, que él estaba más allá. Más allá de los que corrían por Alem, de los que jugaban a la liberación, pero principalmente estaba lejos de los edificios que por más altos que fueran no iban a alcanzarlo.
Él lo sabía y eso me tranquilizó.
Estaba ahí, todo junto el mundo facineroso y, nosotros espectadores.
Tenía al sol. Bueno, el sol estaba ahí… Pero no sé por qué ‘hasta el sol’ cambia. Rebota, hay vidrios espejados que hacen que el sol lastime.
Respiraba. Respiraba ese aire no tan puro, no tan bueno. Respiraba esas libertades un poco menos húmedas.
Gracias sol, gracias cielo (hoy muy celeste), gracias aire, y gracias ruido que eras más escaso que el cotidiano.
Estuvo bien, fue una linda escapada. Fueron mis quince minutos sintiéndome lejos en la cercanía.
No era un escenario feo.
El tema es, que yo necesitaba ver el río y el que estaba no me gustó.
3 comentarios:
Yo si me rio
"El tema es, que yo necesitaba ver el río y el que estaba no me gustó"
y ahi esta la magia de Lu (que es complice del cielo, mas que los edificios), en que aunque nos nos guste ese rio, esa rutina, esas tortugas...se rie. porque la vida es una y está para disfrutar, por eso le buscamos a esas cosas feas - o no tan lindas- el lado donde podamos encontrar alguna sonrisa .
no nos importa nadaaaaaa!, no lo olivides.
Sí me río. Me "rio de la plata", de las cosas materiales, que aunque muchas veces ayudan a acercarse ala felicidad, nunca lo conisguen por sí solas.
(para todo lo demás existe Mastercard)
pd: Aquella lic. en letras amiga de esa extraña sociologa, pobres, tan pobres..pero felices!
meeeg no quiero estudiaaar màs.
sacame de acà.
ahora cruzo y te molesto, vecina
me hiciste reir.mucho.
con lo de las
TOR TU GAS (las odio)
yo*
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