Pensaba que las cosas que quiero construir no son tan simples, no son tan efímeras… pero estoy segura que lo simple y lo efímero construye grandes cosas.
Me pregunté de qué tenías hambre cuando me dijiste que tal vez, algún día, vos y yo podíamos cocinar algo juntos.
Pensaba que si los domingos nos alimentáramos de palmeritas y mate todos seríamos más felices.
Me pregunté de qué estabas cansado cuando me dijiste que tal vez, algún día, vos y yo podíamos irnos de viaje juntos.
Pensaba que el trabajo es querer, poder y tener que hacer y que el equilibrio entre esos tres verbos es re difícil de alcanzar, pero que cuando lo lográs está bueno. Está muy bueno. No estoy segura pero el segundo en el que alcanzo ese equilibrio me da ganas de seguir aunque a veces el cansancio quiere poder más.
Tuve ganas de gritar, de lavarme la cara, de dejarme de joder un poquito y parar de cuestionar todo.
Me preguntaba qué clase de persona creés vos que soy. Y la respuesta no me gustó, preferí dejar de escribir.