Taparse los ojos, y que los problemas pasen, sin el peso de mi mirada sobre ellos.
Que las incertidumbres sobre el futuro, los males de amores y las inseguridades, caminen agachados, casi sin hacer ruido.
Que las tristezas organicen una marcha de silencio, y que los dolores –los que más duelen- se hagan mudos.
Que los llantos no raspen las gargantas y las lágrimas se apaguen.
Que las decepciones no chillen.
Que se valga mirar para otro lado, darse vuelta y el no querer ver.
Que se ponga de moda el pica para todos los compas.
Que se propague el trueque de sollozos por carcajadas.
Poder hacerse la boluda, al menos, solo a veces.
7.29.2007
7.23.2007
recetita macanuda* para no extrañar
(tanto)
1. Despiértese rápido, salte de la cama y de ningún modo se sumerja en una fiaca que lo conduzca a la tan conocida “modorra”.
2. Báñese, desayune y muévase por su casa escuchando la radio. Cuando la canción se torne densa, viértala en un recipiente bien enmantecado de modo que la misma no se pegue en su cabecita loca loca.
3. Variante: Puede grabar un “CD up”, con canciones del tipo “La Pachanga” o algún otro hit de los ‘90. Personalmente recomiendo utilizar este ingrediente entrado el fin de semana.
4. Salga al trabajo y camine hacia la parada del colectivo dando pequeños brincos. Es fundamental no agobiarse con recuerdos traicioneros, como ser un mensaje de “buen día mi amor”, y dejar que el sol nos dé la bienvenida.
5. Durante su jornada laboral abóquese a sus tareas y no piense demasiado.
6. Nota: todo pensamiento efectuado en abundancia en horario de trabajo, conlleva inevitablemente a quemar cualquier intento de optimismo.
7. Camino a casa, o a la facultad, cierre los ojos e intente imaginar que ese subte no agobia. Cuando crea que el contenido rebalsa el envase respire, relájese y abra ese libro de Humberto Eco.
8. Unos mates en nuestra paz ayudan a calmar la ansiedad. También puede conversar con otros cocineros y/o comensales: amigos, familiares, vecinos.
9. Entrada la noche, el día ya está prácticamente cocinado. Desmóldelo en una cama con muchas frazadas y lea o mire tele esperando que se enfríe.
10. Cuando la luz del velador provoque ardor en los ojos, apáguela. Baje sus párpados y extrañe sólo un poquito y con amor hasta quedarse dormido.
1. Despiértese rápido, salte de la cama y de ningún modo se sumerja en una fiaca que lo conduzca a la tan conocida “modorra”.
2. Báñese, desayune y muévase por su casa escuchando la radio. Cuando la canción se torne densa, viértala en un recipiente bien enmantecado de modo que la misma no se pegue en su cabecita loca loca.
3. Variante: Puede grabar un “CD up”, con canciones del tipo “La Pachanga” o algún otro hit de los ‘90. Personalmente recomiendo utilizar este ingrediente entrado el fin de semana.
4. Salga al trabajo y camine hacia la parada del colectivo dando pequeños brincos. Es fundamental no agobiarse con recuerdos traicioneros, como ser un mensaje de “buen día mi amor”, y dejar que el sol nos dé la bienvenida.
5. Durante su jornada laboral abóquese a sus tareas y no piense demasiado.
6. Nota: todo pensamiento efectuado en abundancia en horario de trabajo, conlleva inevitablemente a quemar cualquier intento de optimismo.
7. Camino a casa, o a la facultad, cierre los ojos e intente imaginar que ese subte no agobia. Cuando crea que el contenido rebalsa el envase respire, relájese y abra ese libro de Humberto Eco.
8. Unos mates en nuestra paz ayudan a calmar la ansiedad. También puede conversar con otros cocineros y/o comensales: amigos, familiares, vecinos.
9. Entrada la noche, el día ya está prácticamente cocinado. Desmóldelo en una cama con muchas frazadas y lea o mire tele esperando que se enfríe.
10. Cuando la luz del velador provoque ardor en los ojos, apáguela. Baje sus párpados y extrañe sólo un poquito y con amor hasta quedarse dormido.
7.19.2007
Del trabajo, la relaciòn
Ornella se levanta cada mañana como una hora antes del horario en que debería porque le gusta hacer las cosas tranquila, muy tranquila. En vacaciones su placer más sencillo es poder tomar mate en la cama, con el agua prácticamente hirviendo, usando su termo de medio litro mientras mira la tele antes de partir hacia el trabajo.
Suele hacerse planteos existencialistas más jugados que los de cualquiera, pero los remata con un chiste bizarro que puede ponerte de buen humor a vos, a mí y a todos.
Tiene el lunar más lindo del mundo, y un día creyó que iba perderlo: Se le formó una cascarita y parecía que iba a caerse todo junto, cascaritaylunar. Pero eso nunca pasó, la cascarita cayó y ese lunar de Cindy sigue ahí, haciendo estragos, llamando la atención de cualquiera: hombres y mujeres.
Ornella tiene mucho miedo al día antes del parcial, y su llamada angustiante puede convertirse en una catarata de risas espontáneas acompañadas por esa particular naturalidad que la caracteriza.
Puede resolverlo todo: un problema de estadística que combina cuatro temas, un nudo marinero, desclavar una estaca que parecìa comida por la tierra, responder una pregunta capciosa sin perder el nivel.
Puede llorarlo todo: una película, una fiebre fuerte, un miedo que genera incertidumbre, una carcajada.
No se rinde nunca, y cuando lo hace es tan prolija que nadie lo nota, por eso siempre suele tener razón en nuestras discusiones del tipo: qué iba en la pregunta cuatro; a què hora sale el micro para Cachi; cómo contener esta ensalada de sensaciones.
Ella es la persona que sabe decirte las cosas de forma organizada y sin caretearla.
¿Defectos? Sí, es humana y tiene un gran defecto: la letra más chiquitita del mundo, lo cual para una miope como yo, con astigmatismo y estrabismo, que además tiene en la actualidad alergia a las lentes de contacto y se niega rotundamente a los anteojos permanentes, es una pesadilla.
Por ahí ni te importe que la presente o describa, lo que pasa es que hoy la vieron a eso de las seis de la tarde caminando de forma rara. Me dijeron muchas personas que parecía que flotaba y que le estaba haciendo caso a alguien que le había dicho “cuando salgas respirà y exhalà, jugà a la libertad. Si vos te lo creès, vale”.
No se reía con dientes, pero cerraba un poquito los ojos en su andar.
Porque ella es así, tan suave, tan tranquila, y a la vez tan efusiva y divertida… tan ella en mi vida con su presencia física en cada subida de esa eterna escalera de la deteriorada Facultad de Ciencias Sociales.
Porque vos, Ornella, me hiciste pensar hoy que una de las mejores cosas que me pudo haber pasado en la vida es que me alcanzaras esa birome bic que se me cayó al piso del aula 207 del pabellón dos de Ciudad Universitaria en mi segunda clase de Sociología del CBC, hace ya casi tres años.
Y ahí empezó todo…. después el recorrido del bondi 133 para entender a Marx, el Materialismo Histórico, cierta alienación y una cinta que transporta un auto al que por un tiempito no le vas a tener que ensamblar ninguna pieza.
Suele hacerse planteos existencialistas más jugados que los de cualquiera, pero los remata con un chiste bizarro que puede ponerte de buen humor a vos, a mí y a todos.
Tiene el lunar más lindo del mundo, y un día creyó que iba perderlo: Se le formó una cascarita y parecía que iba a caerse todo junto, cascaritaylunar. Pero eso nunca pasó, la cascarita cayó y ese lunar de Cindy sigue ahí, haciendo estragos, llamando la atención de cualquiera: hombres y mujeres.
Ornella tiene mucho miedo al día antes del parcial, y su llamada angustiante puede convertirse en una catarata de risas espontáneas acompañadas por esa particular naturalidad que la caracteriza.
Puede resolverlo todo: un problema de estadística que combina cuatro temas, un nudo marinero, desclavar una estaca que parecìa comida por la tierra, responder una pregunta capciosa sin perder el nivel.
Puede llorarlo todo: una película, una fiebre fuerte, un miedo que genera incertidumbre, una carcajada.
No se rinde nunca, y cuando lo hace es tan prolija que nadie lo nota, por eso siempre suele tener razón en nuestras discusiones del tipo: qué iba en la pregunta cuatro; a què hora sale el micro para Cachi; cómo contener esta ensalada de sensaciones.
Ella es la persona que sabe decirte las cosas de forma organizada y sin caretearla.
¿Defectos? Sí, es humana y tiene un gran defecto: la letra más chiquitita del mundo, lo cual para una miope como yo, con astigmatismo y estrabismo, que además tiene en la actualidad alergia a las lentes de contacto y se niega rotundamente a los anteojos permanentes, es una pesadilla.
Por ahí ni te importe que la presente o describa, lo que pasa es que hoy la vieron a eso de las seis de la tarde caminando de forma rara. Me dijeron muchas personas que parecía que flotaba y que le estaba haciendo caso a alguien que le había dicho “cuando salgas respirà y exhalà, jugà a la libertad. Si vos te lo creès, vale”.
No se reía con dientes, pero cerraba un poquito los ojos en su andar.
Porque ella es así, tan suave, tan tranquila, y a la vez tan efusiva y divertida… tan ella en mi vida con su presencia física en cada subida de esa eterna escalera de la deteriorada Facultad de Ciencias Sociales.
Porque vos, Ornella, me hiciste pensar hoy que una de las mejores cosas que me pudo haber pasado en la vida es que me alcanzaras esa birome bic que se me cayó al piso del aula 207 del pabellón dos de Ciudad Universitaria en mi segunda clase de Sociología del CBC, hace ya casi tres años.
Y ahí empezó todo…. después el recorrido del bondi 133 para entender a Marx, el Materialismo Histórico, cierta alienación y una cinta que transporta un auto al que por un tiempito no le vas a tener que ensamblar ninguna pieza.
7.14.2007
VeoVeo
VeoVeo.
Que ves?
Una cosa
Qué cosa?
*Maravillosa*
De qué color?
ROJO
Rojo. Casi bordó, como esa gota de vino que me empuja de la sobriedad a las sonrisas libres
ROJO
Rojo. Casi bordó, como esa gota de vino que me empuja de la sobriedad a las sonrisas libres
Rojo. Medio anaranjado, como el papel de los sugus- los que venían en cajita-
Rojo. Intenso, como la secuela en los labios de una lucha de besos
Rojo. Brillante, como los moños de los regalos de cumpleaños
Rojo. Atrevido, como cuando la vergüenza decide materializarse en mis pómulos
Rojo. Gastado, como el de mis zapatillas después de acompañar tantos de mis pasos
Rojo. Rosado, como las manchas en forma de boca de los cachetes de los nietos
Rojo. Especial, como la rayitas del cuadrillé de su bufanda.
.
Rojo. Gastado, como el de mis zapatillas después de acompañar tantos de mis pasos
Rojo. Rosado, como las manchas en forma de boca de los cachetes de los nietos
Rojo. Especial, como la rayitas del cuadrillé de su bufanda.
.
7.08.2007
Se viene se viene la pa-ti-ne-ta
Susana le dice Cervellera a José y José escucha la Bersuit en su auto con vidrios polarizados
Bibi usa jeans ajustados y resucita ropa ochentosa; entonces Franco se indigna y prefiere ver Shrek tercero antes que sumergirse en una discusión celosa.
Franco y José idean trampas para interrumpir a Bibi, y Susana les dice que “son dos pelotudos”.
Susana toma mate con un termo turquesa fashion, comentando libros y películas con la naturalidad más natural de toda la naturaleza crítica: con intelecto e ingenuidad.
José y Franco bailan cumbia con sus hijas un treinta y uno de diciembre, ebrios: las hijas y ellos.
Susana y mamá, perdón Bibiana, prefieren dance, y levantan sus brazos moviendo sus caderas pero sin retirar los pies del piso, dando vueltitas evasoras cuando ellos las sacan a bailar.
Susana vuelve a animarse a la bikini y José toma Speed.
Son como cuatro adolescentes que rozan los sesenta y una los cincuenta, que vuelven a niños y nadan en esa eterna pileta de Cocun.
Susana prepara las milanesas más ricas del mundo, y se le llenan los ojos de lágrimas cuando le dicen cosas lindas.
Franco sigue escuchando Sui Generis y despertando a sus hijas cada domingo al mediodía para comer con ellas.
José puede dar los abrazos más fuertes y ser el más celoso del mundo cuando miran a sus nenas.
Bibi no aguanta irse lejos y aunque no haya pasando ni un día llama presentando viles excusas para no asumir que extraña.
Son como cuatro padres más que rozan los sesenta y una los cincuenta, son cuatro amigos que se ríen de la vida con eterna jovialidad, de lo que vos podès reírte, pero cuando te abstraès los admiràs.
Admiràs la sencillez con la que viven.
Admiràs la experiencia con la que hablan.
Admiràs el amor con el que te miran.
Porque es ahí donde los encuentro jóvenes, en ese valor y en esas ganas desafiantes ante una vida que por más que los empuje no los voltea, que por más que lo lastime no los mata.
Bibi usa jeans ajustados y resucita ropa ochentosa; entonces Franco se indigna y prefiere ver Shrek tercero antes que sumergirse en una discusión celosa.
Franco y José idean trampas para interrumpir a Bibi, y Susana les dice que “son dos pelotudos”.
Susana toma mate con un termo turquesa fashion, comentando libros y películas con la naturalidad más natural de toda la naturaleza crítica: con intelecto e ingenuidad.
José y Franco bailan cumbia con sus hijas un treinta y uno de diciembre, ebrios: las hijas y ellos.
Susana y mamá, perdón Bibiana, prefieren dance, y levantan sus brazos moviendo sus caderas pero sin retirar los pies del piso, dando vueltitas evasoras cuando ellos las sacan a bailar.
Susana vuelve a animarse a la bikini y José toma Speed.
Son como cuatro adolescentes que rozan los sesenta y una los cincuenta, que vuelven a niños y nadan en esa eterna pileta de Cocun.
Susana prepara las milanesas más ricas del mundo, y se le llenan los ojos de lágrimas cuando le dicen cosas lindas.
Franco sigue escuchando Sui Generis y despertando a sus hijas cada domingo al mediodía para comer con ellas.
José puede dar los abrazos más fuertes y ser el más celoso del mundo cuando miran a sus nenas.
Bibi no aguanta irse lejos y aunque no haya pasando ni un día llama presentando viles excusas para no asumir que extraña.
Son como cuatro padres más que rozan los sesenta y una los cincuenta, son cuatro amigos que se ríen de la vida con eterna jovialidad, de lo que vos podès reírte, pero cuando te abstraès los admiràs.
Admiràs la sencillez con la que viven.
Admiràs la experiencia con la que hablan.
Admiràs el amor con el que te miran.
Porque es ahí donde los encuentro jóvenes, en ese valor y en esas ganas desafiantes ante una vida que por más que los empuje no los voltea, que por más que lo lastime no los mata.
7.04.2007
Huevo que se rompe en sartén, clara que pasa de transparente a blanca, olor a manteca mas que derretida.
Por la ventana una voz lejana se atreve a entrar y la muy pícara penetra en mis oídos:
“Compro todo. Muebles compro,
Heladeras, lavarropas, compro
Ropa vieja, perfumes, alhajas, compro
Sillas, chapas, baterías compro
Cortinas, animales compro
Camas compro”
….
Desilusiones, despedidas, malos entendidos, vendo
Ropa fluorescente, ganchos para el pelo, vendo
Discusiones con muchas palabras, muchas lágrimas y poco sentido, vendo
Monedas chiquitas - de 10 y de 20- vendo
Domingos + tele + otoño, vendo
Hamburguesas caseras muy cocidas, vendo
Rutina, muy rutinaria, sin espacios para sonrisas, vendo
Esperas de más de cinco minutos, vendo
Algunos “porque no”, muchos “después” y algún “quizás”, vendo
Colectivos 42 vendo, algún 24 de marzo, vendo
Malhumores matutinos, vendo.
Por la ventana una voz lejana se atreve a entrar y la muy pícara penetra en mis oídos:
“Compro todo. Muebles compro,
Heladeras, lavarropas, compro
Ropa vieja, perfumes, alhajas, compro
Sillas, chapas, baterías compro
Cortinas, animales compro
Camas compro”
….
Desilusiones, despedidas, malos entendidos, vendo
Ropa fluorescente, ganchos para el pelo, vendo
Discusiones con muchas palabras, muchas lágrimas y poco sentido, vendo
Monedas chiquitas - de 10 y de 20- vendo
Domingos + tele + otoño, vendo
Hamburguesas caseras muy cocidas, vendo
Rutina, muy rutinaria, sin espacios para sonrisas, vendo
Esperas de más de cinco minutos, vendo
Algunos “porque no”, muchos “después” y algún “quizás”, vendo
Colectivos 42 vendo, algún 24 de marzo, vendo
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