Estoy pensando en desarmarnos, en sacarnos mochilitas y caminar ahora más livianos. Sin peso, sin armadura. Estoy pensando en que empecemos a sentirnos leves y con bondad de la originaria y revolucionaria, esa bondad rousseauniana que no conoce y no se corrompe.
Estoy imaginando que la corrida se hace vuelo, vuelo y no planeo, sin que lo note ni lo notes; para que cuando no nos vean podamos volver a caminar ya livanos de todo.
Son esas ganas de estar al ritmo de lo que escuchamos, la voz propia que se va haciendo música y el pecho doliendo: tanlindosudolor.
Las voces que se generan, internas, nos generan. Se hacen música y el paso no avanza: baila porque ya no importa ir.
Tal vez hoy sea quedarnos, que te quedes.
Y no es egoísmo. Estoy adaptándome a una sensación que me pide separarnos de todos, que al caminar seamos imperceptibles y perdamos hasta la certeza de nuestros pasos.
No los tuyos.
No los míos.
Los nuestros…
Es separarnos hoy, devosdemì, separar y parar
La voz, la música.
El tiempo.
Caminos, idas y venidas.
Es quedarme y pensarte distinto, hablarnos distinto pero respirar y escucharnos.
Hoy siento que a veces ir y venir, para volver a irse y querer elegir es la mejor jugada; es lo más efímero que alguien (y no tengo idea quién) armó, preparó y desarmó para que yo pueda verte, pueda tenerte y pueda quererte…
Estoy imaginando que la corrida se hace vuelo, vuelo y no planeo, sin que lo note ni lo notes; para que cuando no nos vean podamos volver a caminar ya livanos de todo.
Son esas ganas de estar al ritmo de lo que escuchamos, la voz propia que se va haciendo música y el pecho doliendo: tanlindosudolor.
Las voces que se generan, internas, nos generan. Se hacen música y el paso no avanza: baila porque ya no importa ir.
Tal vez hoy sea quedarnos, que te quedes.
Y no es egoísmo. Estoy adaptándome a una sensación que me pide separarnos de todos, que al caminar seamos imperceptibles y perdamos hasta la certeza de nuestros pasos.
No los tuyos.
No los míos.
Los nuestros…
Es separarnos hoy, devosdemì, separar y parar
La voz, la música.
El tiempo.
Caminos, idas y venidas.
Es quedarme y pensarte distinto, hablarnos distinto pero respirar y escucharnos.
Hoy siento que a veces ir y venir, para volver a irse y querer elegir es la mejor jugada; es lo más efímero que alguien (y no tengo idea quién) armó, preparó y desarmó para que yo pueda verte, pueda tenerte y pueda quererte…